viernes, agosto 31, 2007

ALBERTO MUÑOZ



Me resulta imprescindible escribir con un vaso o una copa cerca en cuyo contenido puede haber fernet, vino o champán. Esto durante la noche. Diurnamente la copa o el vaso son reemplazados por el mate o el café. Cerca de la copa o el mate hay un cenicero. Fumar y beber forman parte de la actividad de escribir. Alcohol y humo. Más humo que alcohol. Escribo en mi estudio muy temprano por la mañana o entrada la noche. Nunca de tarde. Durante mucho tiempo escribía también en los bares, pero a partir de la prohibición de fumar dejé de concurrir a ellos. El papel y la lapicera de tinta (Lamy, de pluma gruesa) continúan siendo los elementos más amables. No tiene que haber necesariamente silencio, los ruidos de la cotidianidad me dan una compañía que agradezco. No escucho música mientras escribo, tengo una pésima relación con la “música de fondo”. Si hay música estoy obligado a escucharla, no tengo un entrenamiento adecuado para escuchar los sonidos intrínsecos de las palabras a la vez que el de los instrumentos.

Escribo generalmente respondiendo a un plan. Un plan de obra. Mi poesía es temática. Busco un tema de mi interés, investigo sobre ello (generalmente uno o dos años) y recién ahí empiezan los primeros esbozos. Los poemas en un principio son planteados, nunca corregidos en el momento. El trabajo finalizado duerme un largo tiempo y luego se emprende la corrección que generalmente lleva mucho más tiempo que el armado de las piezas.
Corregir es tan importante como escribir. La corrección significa establecer lo que el poema requiere para ser una entidad indisoluble. Devolver el poema a su estado de fuente. Corregir es quitar lo que sobra, la “opinión” que el ojo inmiscuye durante el armado de la pieza. Me gusta pensar la corrección como una ciencia poética.
Las consignas únicas a las que soy fiel son: claridad y economía. La imagen o el sonido son los carriles por donde transcurre lo que la pieza quiere decir. Ese decir es el que debe permanecer claro y económico. A partir de cierto momento, producto del trabajo, la investigación, la edad, la poesía sostiene unívocamente todo aquello que en el mundo aparece como suelto y en permanente desvío.


Poemas


Baja una anciana de las lanchas

Baja una anciana de las lanchas.
Los hombres ayudan a su paso sin tocarla porque suyo es el reino de los hongos.
Celebran una boda las manzanas.
Un joven resigna su corazón oliendo su vestido: ha sido santa en su juventud y no ha mostrado su desnudez sino a las lámparas. Entrado el siglo la luz de kerosene era el perfume de las mantas.
Trajo al mundo a un ciervo parecido a un hombre, encontró en el monte un ángel con la cabeza partida y lo amamantó: pezón y leche de las cabras.
Le incendiaron la casa.
Está bajando una anciana de las lanchas.
Los niños le huyen porque suyo ha sido el reino de los hongos.
Viene a las islas para dejarse. “Quiero morir de pie, no voy a entrar a las casas para echarme sobre los trapos. Morir parada como los palos de luz, y que los hombres comenten en los rancheríos: Hay un diablo entre los mimbres, habría que quemarlo”.



Umbral


Sin luz primitiva no puede existir la sombra derivada
Tratado de pintura. Libro tercero. Leonardo Da Vinci

Una mujer abandona el estado de las gasas por una línea mejor iluminada: su primer hervor en los ojos. No es Dios lo que desea tocar con el vinagre de la purísima lentitud; desea la fulminación, un rayo que la parta, dejándose caer sobre la cama y sus hedores, separada de los hombres por un nombre.
Han dicho aquellos que no son testigos de la amorosa filatelia divina: Una santa es una mujer menor, un cuerpo que no adhiere a las causas de la gravedad , una piedra que lleva rostro porque le ha sido dada la gracia de vestirse.
Esas prisioneras que levantan los ojos, como si hubiera en la altura un marido atando un perro a un palo de la luna, esas que no beben agua porque son líquidas y movedizas y arrastran el río de sus cuerpos de orilla a orilla.
Ya nadie extraña a las santas, se han rendido a una construcción del polen o a los dibujos de las jarras que las abuelas, opíparas de pan, ocultaban en las vitrinas de vidrio para unir la transparencia de los cristales con el ojo de las muchachas poseídas por Dios.
Para un niño, una santa es un escapulario, o un ramo de intrigas devorado por las matemáticas, lo curioso es que son ellos los únicos capaces de entrar en su jerarquía de tanino indivisible, ellos las capturan cuando perdonan la vida del aire o maltratan las patas del insecto que se echa para morir.
Los niños son la crueldad que las santas toman como rigor de la unión.
No es verdad que los animales que se han visto envueltos en plumas, canten para los muertos y los santos. Los pájaros no saben que cantan. Los santos no saben que son santos. Los muertos no saben que están muertos, pero bailan en su polvo; los animales bailan el sonido que emiten - salvo la mariposa que baila y no emite sonido- los muertos bailan porque están inmóviles y los santos bailan porque persiguen lo que persigue la mariposa.
Las santas son mujeres, con los problemas propios de las femeninas; adoptan posturas para lavar el vacío de las copas, posturas para pensar: ¿Que es menos real, un limón con detalles en la cáscara o el beso de un hombre que regresa del trabajo?. Posturas para fumar a escondidas, porque las santas son grandes fumadoras, usan el declive del humo para estar junto al deseo o para llenarse la boca de medidas fulgurantes, besan el humo porque imaginan que así serían los hombres desnudos en el Paraíso.


Amelia


A mi madre, experta en belleza.

No haber nacido doctor como nacían en tu razón los hijos, haber preferido el río a tu debido campo de alazanes y mantas, oír mejor el crujido de los muelles que la madera hablada del violín.
Tu pequeño estado de la gracia ha derivado en las locas amadas, Oh madre!.
Ahora que estás en el frío reinado de las momias, necesito entrar por un vendaje a un filo de tu amada cabeza y pedir otra vez que digas a los carros que he nacido, que sepa la luna de los campos de Tres Lomas, que mido un metro sesenta y cuatro y que llevo las cejas de quien te amó.
Oh, madre!, te acuerdas de mí? Soy el de barba.




El señalero

¡María Auxiliadora!
-repetía el señalero-
estoy lleno de vino.
¿Ese punto
ese hocico negro
que viene hacia mi
es el expreso
o es mi padre
borracho como
una cuba
para incendiar
el rancho otra vez
llevándose de las
crenchas a la
puta de Ramira
dejándome a mí
muerto como una
gallina la cabeza
colgando al
costado de las plumas
chorreando vino
como ahora
María Auxiliadora
¿viene el tren
o es papá?


Código Morse

No fue culpa mía
haber tardado tanto en leer
tardado en escribir.
No es mi culpa que
bellota no vaya con v corta
como varrera
varita
vastón.
El abuelo sabía el código
Morse y nos escribía
a todos el nombre
en el aire.
Yo me llamaba: tac tac
tac tac tac.
Aprendí a leer con el oído
golpes en el aire
o gallinas
con las uñas sobre las
valdosas : tac tac tac tac
el nombre de mi hermano.
Las pelotitas de los árboles
sobre las chapas de zinc
haciéndole levantar
las orejas al perro.
Que culpa tengo yo
Que Banesa mi prometida
me corrija las iniciales
en la costra de los arboles
que va con v corta y yo la
pongo como Bictoria que
fue la anterior y que perdimos
un hijo que se iba a llamar
toc toc toc toc toc como
el abuelo que era un hombre
del ferrocarril del cual heredo
ese amor por el bicho carpintero
que escribe de corrido todo
lo que quiere
en vez de bolar.


Sordos y ciegos

Abuela te estás quedando sorda.
Estás mucho más sorda que el año
pasado. El año pasado te pude
decir que le cagaste la vida a mamá
pero vos llegaste a escuchar solamente
“la vida a mamá” y contestaste
“sí, me sacrifiqué”
Este año te volví a decir lo mismo
pero tu oído más deteriorado que el
del año pasado registró solamente
“a mamá” y contestaste desde tu paraíso de tapia
“... cuidarla, como yo cuidé a la tuya”
Ahora abuela te lo estoy gritando.
No está pasando un tren soy yo el que ruge
tu nieto de molicie tu maldito perro inacabable.
Tengo la boca abrochada a tu oreja
te grito como si cayera de un piso veinte
te estoy gritando frente a mamá
que no puede ver lo que hago.


Ciclo musical amatorio

Me gustan las mujeres musicales todas
aún las morochas de estuche.
Me atraen las trigueñas que tienen oído
y solfean como moscas.
Ah viajar en tren con las de permanente
o las de ruleros
alumnas de flauta o de quena
besarlas a cuenta del soplido
ir por el cultivo natural de sus bocas
al vacío.
No hay como las más bonitas de piernas
las mulatas peripatéticas y dulces
como el oboe negro.
Ébano es lo justo
para describir aquello que de no ser piel
sería una media de madera africana.
Las pelirrojas son ácidas si llevan alma
y las pérgolas son perfectas para desvariarlas
rojas como sioux o como el ojo del águila.
Nada como las delgadas nocturnas
pequeñas musulmanas veladas por el chador
de pechos que parecen ceniceros.
Ah las que comen pepinos escuchando a Brahms
y van del violín a la uva y de las cremas al vapor:
cuartetos para el fin de los tiempos.
Amo a aquellas que fuman y tocan el piano
humildes como pastelitos leyendo a Boris Vian
subiendo escaleras y abriendo
la parte rosa del piano.
¿Tocan algo las mujeres que nos priva
de instrumentos y silencio?
¿No estacionan bien sus autos
porque solfean demasiado en la noche del tímpano?
¿El tamaño de sus corpiños
habla de la diferencia entre Arjona y Pallestrina?
Divinas las que pitan imitando a los trenes.
Divinas las que venden su cuerpo para llevarse
un trombón.
Divinas las que llevan el violín a sus mentones
las que lloran como melódicas de plástico.
Prefiero a las muy jóvenes con pómulos
las que creen que Dios existe una hora antes.
Me agradan las japonesas aunque tailandesas
que no se les parecen. Llevarlas a la boca
como ciruelas rojas y tensas con el cabito oblicuo
de sus ojos.
Una vez llamé a una china por su nombre y vino.
Todos hemos venidos al mundo por una mentira similar.

Taxidermoia musical
A Ricardo Zeballos pintor

El taxidermista de aves Manuel Bertís fue profesor de teoría y solfeo y dio clases particulares de contrabajo durante 65 años. Los pájaros y la música le obsequiaron dones que supo recibir para sostener una vida sencilla y feliz. Ya jubilado y sin otra intención que divertirse realizó una clasificación de músicos y aves que conoció a lo largo de su vida.
Músicos que casi hacen música.
Pájaros que cantan para las ventanas.
Músicos que adoran la música pero no la comprenden.
Pájaros que no saben que alegran.
Músicos que acompañan a otros porque están muy solos.
Pájaros que vuelan cuando están quietos.
Músicos que tocan para pedir.
Pájaros que en el viento son instrumentos de la jaula.
Músicos que hacen todo por silencio.
Pájaros que son colores habitados.
Músicos que desviven por tocar.
Pájaros en alambre.
Músicos por donde se escucha la vida.
Pájaros que viven de su pico.
Músicos que como los niños deshacen todo lo que tocan.
Pájaros que anidan en el polvo.
Músicos para la hora del té.
Pájaros que amanecen.
Músicos que tocan por cobrar.
Pájaros que avisan a otros pájaros.
Músicos que parecen ensayos.
Pájaros a mitad de precio.
Músicos que son poetas pintando lo que esculpen.
Pájaros campana.
Músicos veloces que atrasan.
Pájaros que no vuelan del todo.
Músicos que saltan y no caen bien.
Pájaros cautivos.
Músicos que llegan tarde.
Pájaros en mitad de la noche.



Gorjear trepado al rinoceronte . Conversación entre dos ancianos

Pero lo que trato de acentuar con esto es mi alegría al poder gorjear trepado al rinoceronte.
De una entrevista a George Steiner realizada por Ronald Sharp.
- Hablemos del destino: honrarás a tus ojos o paparás moscas.
La voz que se pronuncia puede venir de cualquier lado. Todo es oracular en Plaza Irlanda.
Unos hombrecitos sentados en un banco persiguen con los ojos la bisectriz de un tablón armado sobre la falda de una adolescente. Miran con el ojo perplejo de la vejez. Sus míseras jubilaciones no alcanzan para oscurecer sus ralos cabellos diseminados por el cráneo.
¡Oh la vida era un acordeón desplegado!
Ven pasar a un joven atrevido que corre para entrenar su columna -¡hieden!- comentan los viejitos.
- La música de rock los ha vuelto locos. Ellos son simples productos de la abogacía.
- ¡Mira aquello Juan aquello que no se mueve ¿no deberíamos hacer algo por eso que esta ahí quieto? - Recuerdo que una vez tuve una princesa en las rodillas. Fue en San Luis...
- A mí me gustaría formar una pequeña logia no se bien para qué pero deberíamos enrolarnos. No tiene demasiado sentido estar en esta plaza. Tendríamos que armarnos de palos y enfrentarnos con cada cosa que pase por delante nuestro.
¡Oh la vida era un acordeón desplegado!
- Deberíamos tirar migas para que vengan a nuestros pies y partirles la cabeza con nuestros frascos de tintura.
- Yo conservo aún el honor en el apellido.
- ¿Te conté que tuve en San Luis unas rodillas donde senté a una princesa?
- ¿Tienes idea Juan de cuánto resiste una sábana sin lavarse?
- He decidido no teñirme más estas putas canas voy a tirar a la mierda el frasco de tintura caoba si es necesario que me confundan con un pedazo de nieve.
- O con un hueso caracú...
- Si. Si es necesario con un pedazo de la puta nieve.
¡Oh la vida era un acordeón desplegado!
- Hablemos del destino: honrarás tu cara o entrarás en la línea de sombra.
La voz que se pronuncia pareciera venir de una estatua o de un ave del paraíso. Todo es oracular en la Plaza Irlanda.
Ven caer la tarde como precipitada de una escalera mecánica.
- El Renault Gordini era mejor que cualquiera de estos catafalcos. Si tuviéramos que reírnos de algo lo haríamos de esos nuevos guardabarros de plástico.
- Ella era Miss San Luis. No cualquiera sentó a una reina hablándole de Gluck. Estaba en mis rodilla con la misma incomodidad con que estoy yo ahora en el banco de madera de la plaza.
- ¿No deberíamos hacer algo por eso que esta ahí tan quietito? Juan ¿no deberíamos empezar ahora a atender esas cosas?
- ¡Enrolarnos en un ejército de hombres que abandonan el teñido! ¡hacer estallar de una vez por todas los frascos contra la vereda pública!
- ¿Y si buscáramos un rinoceronte para montarlo como hacen esos pájaros amarillos que gorjean avisando del peligro?
- Si. Si es necesario... como un pedazo de la puta nieve.
¡Oh la vida era un acordeón desplegado!


Alberto Muñoz


Alberto Muñoz nació en Buenos Aires el 19 de febrero de 1951. Es poeta, músico, dramaturgo y guionista. En 1977 obtuvo el título de licenciado en Psicología. Editó los libros Floresta-poemas, 1979; La compañía mágica del circo, 1980; Almagrosa 1981, 2ª ed.:1990), Acordeón a piano (1984), Terra Balestra (1985) Dos épicas (con Eduardo Mileo) 1987; Tratado de verdugos, 1989; Misa negra con Eduardo Mileo, 1992; También los jabalíes enloquecen, 1998; El deseo en el Pavo Real, edición bilingüe italiano-castellano, con ilustraciones de Willy Castellanos, 2000; Venecia Negra con Javier Cófreces 2004. Trenes 2005. Canción de amor vegetal (con Javier Cófreces) (2006). Pianoforte (2006)
Formó parte de M.I.A (Músicos Independientes Asociados).Realizó trabajos de teatro musical y como guionista de TV y Cine. Escribió y condujo por Radio Nacional el programa radial La Panadería. Actualmente tiene un micro diario El nadador nocturno en Radio Provincia.

miércoles, agosto 22, 2007

JORGE BREGA


No tengo rituales de escritura. Ni lugares propicios. Cuando una imagen me asalta, tomo apuntes rápidos sobre lo que tenga a mano. Después los retomo (antes, a máquina, ahora en la PC). Parto de imágenes, más que de palabras. Pueden surgir de hechos recientes o de la memoria más antigua que las revela de pronto sin motivo aparente. El motivo puede relacionarse –casi siempre de modo extraño–, con preocupaciones del momento. O puede vincularse al “plan” que me da vueltas en la cabeza. Sí, suelo tener un plan (muy general), temático y estético. Busco también imágenes “externas”: veo mucha fotografía; familiar y de fotógrafos que admiro. Y pintura. Me interesa el registro objetivo, el poema visual; sintetizar en palabras la imagen que condensa una historia, un drama. Si necesito mayor claridad sobre un hecho o concepto presente en el poema, recurro a bibliografía específica. ¿Música? No necesariamente, pero recuerdo que mientras escribía “Poemas de ausencia” (la mayoría de los cuales evocan a desaparecidos), solía procurar cierto aislamiento, cierta concentración, sumergiéndome en la extraordinaria potencia sinfónica de Mikis Theodorakis, en particular las obras inspiradas en su paso por las cárceles de la ocupación nazi y de la dictadura de los Coroneles. Paso períodos sin escribir y después vuelvo sobre lo escrito. Corrijo mucho, procuro la máxima condensación del sentido. Y que éste, más que en la explícita superficie del texto, resida en lo que no está dicho. Íntimamente, pretendo que mi poesía aúne la pulsión por comprender el mundo con la pasión por transformarlo.



Poemas


LA TOMA

Unas gotas al aire
y el trampolín vibrando.
Un bullicio fuera de cuadro
acosa
a la quietud furtiva del encuadre.
El follaje de los sauces
en el margen izquierdo contrarresta
la excitación de la madera que se agita.
Sólo el cuerpo
entrando al río en el ángulo
inferior derecho anuncia
que la zambullida va a abandonar
su instante decisivo.

Mas el fotógrafo no dispara.
Contempla a través del visor.
Luego, silba.


[La toma: Balneario de Cosquín, Córdoba.]



CUSTOM DELUXE

Una banda blanca.

Una circunferencia
límpida
sobre la cara
exterior
de los neumáticos.

Las tazas cromadas.

Chevrolet.
Sedán.
Modelo 38.
Estribos a los lados.

Negro.

En shorts
mi primo muerto lo lustra
con una gamuza
amarilla.


EMBALSE

La casa en la colina mira al lago.
La recuerda difusa y blanca
en la sombra de los árboles frondosos.

Hay un arcón en la galería.
De pie sobre él esgrime
una vara de sauce. Tiembla.
(Quiso ahuyentar a Firpo que ladraba
y debió replegarse en desorden.)

Desde allí ve
la estela que deja el bote,
la ristra de gotas que los remos echan al aire,
el tenedor atado al extremo del palo
con que su abuelo saca tunas de la planta
interponiéndose
entre el remero y él.



RUMIPAL

Un pequeño velero.
Tomados del mástil ambos sonríen.

¿Tomé yo la foto?

Mi madre luce una malla con volados.
Mi hermanito unos cachetes encendidos.

¿Subieron sin ayuda a la cubierta?

¿Se habrá inclinado el casco hacia la orilla
al montar ella una pierna sobre la borda?

Un sauce llorón por el margen derecho.
Las dos figuras al centro del encuadre.
Como fondo una isla arbolada.

Ahora caigo: yo
me zambullo fuera de cuadro.
Mi padre,
apremiado por un presente imperioso,
acciona el obturador.


PUERTO MONTT

La alta casa de madera.
Una cocina de hierro y afuera el mar.
Maderos en el hornillo.
Chispas saltando sobre el linóleo
(el tapete de linóleo,
sobre el que ella cruza las piernas).
Las voces en las tabernas de mariscos:
piure, sopa de tortuga, locos mayo, erizo.
El oleaje batiendo los muelles.
Pero el olor,
el olor no lo puedo recordar.

Excúsenme.


ARENA EN EL VIENTO


I

Ella me habla del otro lado de la mesa.
La mesa es pequeña y podemos tocarnos las manos.

Detrás de su voz están los sonidos del bar
y de la lluvia que nos trajo.
Mientras conversamos
nuestras manos se entretienen en otros temas.

Yo observo el rubor de su rostro
sus ojos y labios y pienso
en cómo la tomé de la cintura bajo el paraguas.
Y quisiera que su risa al correr sonara para siempre.


II

En la escalinata del hotel viejo
escuchamos el oleaje del mar.

Por estas estrellas
ella añora el cielo de su infancia
y el pueblo lejano
al que ansía y teme volver.

Beso sus párpados húmedos
y con los míos busco sus labios.

Desde la playa llegan risas jóvenes.

Vamos hacia ellas de la mano
pero las perdemos en la oscuridad.


III

¿Por qué no recuerdo los días al sol
sino aquel cielo oscuro sobre el mar encrespado
y la arena en el viento hiriéndonos el rostro?

Caminamos hasta los últimos pescadores solitarios
deteniéndonos a ratos para estrecharnos y besarnos.

Al fin la borrasca nos arreó al incierto reparo de los médanos
en agitado regreso a nuestro cuarto de hotel
a acariciarnos el uno al otro
las partes tibias bajo la sábana.


IV

Quieto —ruega—,
quiero sentirte.
Me detengo.
Su cuerpo late bajo el mío.
Se abraza. Se adhiere.
Busca fundirse.
Algo me dice al oído.
Yo no estoy del todo quieto.
Continúo rozándola allí
con un movimiento ínfimo.
Procuro que le sea apenas perceptible.

Un instante después comprendo lo que dijo.
Lo tengo en mí. Lo abrigo.


V

Desde el pasillo la observo dormir.
En la penumbra de la siesta
la persiana le imprime unas franjas de luz.
Descansa de costado con las piernas flexionadas.
De espaldas a mí. Sin ropas
(salvo el camisolín perlado
que se le ha enrollado en la cintura).
Me demoro en el vano de la puerta
recostado contra el marco.
Si no hubiese dejado ya antaño el tabaco
fumaría despacio
ocupándome en escuchar cómo respira.


FIGURAS EN UN PAISAJE

Una mujer en un bote.
Se aparta del tejado con un toque de remo
contra la franja visible del muro.
No más que esto se distingue.
Salvo la copa del eucalipto
que emerge hacia el oeste de la casa.

El primer mandatario navega en aeroplano.
Pasa por allí en el instante
en que la mujer mueve los labios.

Desde el cielo de Argentina
su figura es despreciable.
Una mínima masa muscular
agitándose en un páramo de agua.

Binoculares mediante
el presidente divisa el movimiento
de otras figuras menores
bajo unas mantas
en el fondo de la embarcación.

Es entonces que dispone
atusarse pensativo el bigote.

Y algo abajo sucede al unísono:
La figura que rema ve flotar
en el cielo
a la máquina resplandeciente.


TOMA

Mientras tomaba esta fotografía
nocturna de la calle desierta
alguien en el país era arrastrado
fuera de nosotros.

Un cambio en la postura del trípode,
otro encuadre,
un nuevo accionar del obturador:
nada logró retener
al ausente en la esquina arbolada.

Sólo una sombra entre otras sombras.
Un movimiento dudoso
bajo el oleaje del revelador
dejando
este trazo esfumado
en la emulsión fotosensible.

Un aleteo fuera de foco
detrás del círculo iluminado
de la bocacalle como un lar anhelante.


ARDORES

Sentíamos fiebre.
Buscábamos un don, una destreza.
Ansias, furia. Ardíamos.
Buscábamos una palabra, un tono.
¿Cómo decir? ¿Cómo nombrar?

Nos sacudíamos el jinete.
Salíanos espuma.
(Habráse visto, cholito.)
¿Cómo anunciar? ¿Cómo bregar?

Buscábamos un saber, una luz,
un claro en el follaje.
Un arma.

Lanzábamos gestos, rayos.
Saltábamos. Moríamos.


ANUNCIO EN VÍA PÚBLICA

Esa foto.
Sus ojos en los míos.
Su brazo acunando al bebé.
Su calma.
Los pliegues de la falda.
La luz en su regazo.
Despego el cartel del muro.
Pesa.
Lo arrastro en la noche.
Lo extiendo bajo el andén.
Me arropo con él y sueño.


POÉTICA

I

Detrás de las cosas
(de la quietud o calma de las cosas.)
Bajo las superficies pulidas.
Detrás del sonido o música de las voces.
Tras el vidrio oscuro y las sombras que se agitan.
Bajo la marca de la escritura
(su levísimo velo):
Una pasión llameante.
Un acto o gesto
vertiginoso como un crimen.


II

Como Hopper
escrutar desde la noche un cafetín iluminado.
Un claro lunar desde el monte tupido.
No un destino ajeno
de parroquiano acodado al estaño.
Sino una hondura propia.
Un misterio íntimo que la conciencia ronda.


De, Luz mala



POSTAL (Nunca fue enviada)

Embalse de Río Tercer o, 22 de marzo de 1976

Querida Laura:
el que está enfundado en todo ese perramus soy yo.
Era malo el tiempo, por eso
del Cerro de los Novios se ve sólo la bruma que lo cubre.
Haber traído tu pequeña foto resultó
remedio peor que la enfermedad, sin embargo
no siento tantos deseos de verte como de escucharte.
El que saca la lengua allá en el fondo es Miguelito;
habíamos ido en el jeep hasta el dique viejo
donde sabemos
ver a los changuitos zambullirse en busca de monedas
que los turistas arrojan desde el muro.
De noche escucharnos radio;
seguimos con ansiedad los acontecimientos.
El trabajo en la central es muy pesado
pero los domingos salimos a remar.
En las islas todo da ganas de vivir:
después de comer fumamos a la sombra
y soñamos nadar en el interior de la iglesia sumergida.
El cielo continúa tormentoso, mas
no debes preocuparte por ello,
¿acaso no triunfaremos al fin los justos?
La changa se acaba en abril,
entonces volveremos a abrazarnos.

Besa a los niños con el cariño de su padre.


FOTO

Un montón de zapatos bajo tanto cielo.
Detrás el alambrado temblando en el aire tenso.
En primer plano unos anteojos quebrados en el barro.
Al dorso una fecha manuscrita:
marzo 24,
el año es ilegible,
el país duele demasiado.


ELLOS

Los asesinos no viajan en subterráneo,
sólo algunos criminales menores lo hacen.
Los más perversos pasan fugazmente por la vía pública,
sus mayordomos asustan a la gente,
hacen muecas terribles con mínimo esfuerzo,
señas incomprensibles con los brazos.

A los asesinos mejores los caracteriza su calma calma,
en lo peor de los alaridos beben mate con cáscara de naranja.
Sólo si se les contradice pierden el aplomo,
se les tuerce la boca,
les hace guiños un ojo.

Los asesinos son buenos padres de familia,
cuidan el futuro de sus vástagos.
Se apropian de una que otra pradera,
montan tallercitos para construir buques mercantes,
ferrocarriles, etcétera.
(En esto de ser precavidos los asesinos superan a los pobres.)

Los asesinos más ilustres ejecutan por la espalda,
se enternecen con la prolijidad y adoran la buena mesa.
A pedido de amigos extranjeros organizan maestros cataclismos,
faraónicos complejos hidroeléctricos,
guerras con países vecinos.
Cuando no, secuestran presidentes en el air.

Ah los asesinos, gente distinguida.
Dominan las reglas de urbanidad:
cumplen órdenes de uno u otro amo con perfecto disimulo,
hacen desaparecer limpiamente a los aguafiestas,
asisten a encuentros deportivos.

[1978]


RUINA ARGENTINA

Toda la casa es una sola habitación.
Carece de cobertura en puertas y ventanas.
Las paredes tienen manchas de hongos
y aún conservan restos secos de sangre.
Los rayos de la linterna muestran una fotografía
rasgada bajo el polvo.
Es una pareja de novios a la puerta de un templo
saludando a alguien fuera de cuadro.
Sobre el suelo hay jirones de tela y trozos de loza.
También un cuaderno con garabatos infantiles.


[En base a Ruina española, de Blaise Cendrars.]



NOSTALGIAS

Allá todo era distinto.
Potros. Montes.
La claridad como un lago en cuyo fondo nos reuníamos.
Aquí el carcelero engorda y es feliz.
En el suplicio es hábil,
luego se muestra afable y da consejos.
Cuando el día llegue,
se verá desamparado como un huérfano.
Por ahora canta,
igual que nosotros allá bajo los sauces,
poniéndole nombre a las cosas y señalando:
¡Potro! ¡Monte!
Y riéndonos,
con el pecho desnudo.


VUELO

El hombre arrojado
del avión
al mar
piensa
aún en el aire que
no está muerto
quien pelea

pese
a la somnolencia de
la droga
atina
a mover los
brazos como un pájaro

entonces ve el país
la costa del país
una sombra
lejos

nada
más bello ahora
nada más
corazón

hincha el pecho y
tal vez esa
voltereta sea su
saludo

ah no poder
sostenerle
no dar con él
batalla en cielo abierto

alcémonos

que el hombre
dislocado en el impacto
con el agua oiga
nuestro canto
antes
de desaparecer.


De, Poemas de ausencia


Jorge Brega



NOTA

Algunos de los poemas de este libro fueron musicalizados y
escenificados."Ronda" lo fue por el Grupo Teatro Hoy en su
obra Y aunque lágrimas nos cueste (Buenos Aires, 1981),
también por el Grupo Cultural "Homero Manzi" de Rosario,
en su obra "Tiempo del hombre" (1982), que incluyó también
"Foto” y "Ellos". Por su parte, "Vuelo" integró el espectáculo
"Poesía en ropa de trabajo", de Derli Prada (2002).
Además, el conjunto completo de "Poemas de ausencia" fue
dramatizado en 1985 por el "Grupo de Teatro Vocacional
Mercantil de Bahía Blanca", en la obra homónima adaptada
por el director Julio González Teves.
Los textos, dibujos y objetos reproducidos en el libro fueron
realizados entre 1976 y 1983. Algunos de ellos fueron dados
a conocer en ese mismo período por la revista "Nudos" en la
Cultura Argentina, dirigida por los autores. Manuel Amigo
(1946-1992) expuso la serie completa de estos trabajos en la
galería Christel K, de Buenos Aires, en 1981.



Jorge Brega


Nací en Buenos Aires en agosto de 1949. Publiqué No ha lugar (1975), Poemas de ausencia (1984) y Luz mala (2004). Integro la dirección de la revista cultural La Marea. La fotografía que adjunto muestra un sitio entrañable de mi infancia. La tomé en una época menos feliz y tiene para mí múltiples resonancias. La llamé Lar y la utilicé en la tapa de Luz mala (es la esquina de Zabala y Giribone, Buenos Aires, 1979).

martes, agosto 21, 2007

NÉSTOR GROPPA





Groppa con sus alumnos cuando ejercía como maestro de grado
- foto: Gentileza de Reynaldo Castro



Vivo anotando. Escribo (anoto) en cualquier lugar (calle, café, casa, mercado) y con preferencia en libretitas tipo "Avon", con espiral, muy cómodas para "la cartera de la dama y el bolsillo del caballero".
Anoto lo que me sorprende. Luego, vuelvo sobre ello con toda "dedicación y esmero" como decía un artesano platero de filigrana, Isaac, que ya finó.
Las anotaciones se añejan en cajones de madera no necesariamente de roble. Allí reposan y maduran. Ahora pienso que lo mismo ocurre conmigo. Dijeron que se publica para no seguir corrigiendo. Así dijeron. Hasta entonces, corregir es enriquecer o por lo menos intentarlo, pensando que la poesía debe tomar "punto de hilo" como dicen las señoras y empanaderas que hacen jaleas, almíbares y dulces.
Cuando aparece, si es que se digna, nunca reparé en cómo lo hizo ni acompañada de quién y por qué vino. 
Al Colofón de mi libro En el tiempo labrador (1966) lo finalicé así: ....... de mi poesía, nada sé, aunque es cierto - y triste - que entraña el miso / recato de las cosas que los años abandonan o llevan consigo para siempre.
Es probable que si vuelvo sobre ésto, lo corrija.
Pero sigo sosteniendo mi opinión con el antecedente ilustre de Albert Camus: Hablar del oficio trae mala suerte y espanta a las musas.


Poemas

Poeta, se ofrece (con referencias)

Hace versos sencillos.
Arregla versos deshechos, o corridos
y camperas (poesías).
También coloca adjetivos vidriados (con garantía).
Indica precisos y modestos sustantivos de uso natural.
Poeta se ofrece cama afuera
o mediodía, sin comida
Siempre a domicilio en lecciones personalizadas.
─prosistas sin ángel ni vuelo, abstenerse─

Poeta sin máster.
No confundir con otro Dr. en Literatura, ni licenciado,
ni filólogo, ni lingüista. Respeta la tecnocracia literaria
y la ornitológica (terrena o celestial),
además de la tensión semasiológica, la espacialidad
y el alma de la palabras (libro de Mallén Garzón).
Poeta solamente licenciado en “gramática de los
sentimientos”.

No enseña a leer

Pero está en contacto con “la empresa Takara
que interpreta las emociones de los perritos
usando un megáfono en el can
y una pantalla de computadora para perros japoneses”

Se respetan todas las creencias literarias. Se respetan
la ciencia literaria y demás profundos saberes





Cosmética del automotor

Master coiffeur, estilista
Marí José Colorista José Marí
depilación, manos, uñas
esculpidas, cama solar,
reflejos, nutriciones,
brushing, hidratación,
planchita, iluminación,
modelado, planchados

Unisex (toque timbre al lado)

lavandinas, desodorantes, detergente nacarado


Unos llegaban a hacerse las gomas.
Otros, las arrugas de los guardabarros o una planchita
al capot (no a la capota). Hidrataban el carburador,
acentuaban la iluminación. Depilaban de paisajes
el espejito retroscópico (los tiraban
con sus caminos y las malas palabras –tics–
del lenguaje dialecto-vocabulario del buen conductor).
El coiffeur o peinador estaba con impecable mameluco
engrasado y las uñas negras y rojas
de grasa y litio tenaz.
Los clientes entraban a la fosa
para hacerse la base y luego la tintura.
Salían a los días, al mes, al tiempo
o hasta que llegara un familiar enojado a reclamar.
Pasaban noches enteras
en la cama solar o en el secador
contándose cosas.
Prometían encontrarse y volver
a la COSMÉTICA DEL AUTOMOTOR
porque Marí José y José Marí
son de absoluta confianza.
No eran careros
y su taller de belleza unisex
(camionetas 4x4 y coches –todos los tamaños
y modelos–) recibían un toque inigualable
con detergente nacarado

pasado a cepillo cerda-anden o rastra-francés

y al final
la especialidad del shampoo siliconado.



SELECCIÓN DE POEMAS DEL LIBRO:

“LOS TIPROFI” 

Títulos provinciales de financiamiento
San Salvador de Jujuy
años 1995 / 1996

DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS
Artículo 27.




1. - Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten.

2. - Toda persona tiene derecho a la protección de los intereses morales y materiales que le correspondan por razón de las producciones científicas, literarias o artísticas de que sea autora.


ASAMBLEA GENERAL DE LAS NACIONES UNIDAS
París, 10 de Diciembre de 1948.


Está hecho el depósito que marca la Ley 11723. Es propiedad del autor.

SEÑORES,
¡AL BONO
BONITO!

¡ SEÑORES,
AL BONO
BONITO !
¡VEAN
EL BONO
BONITO!
! AL BONO
BONITO ¡
parcial
cronicón
del bono

1 - 12 - 95


EL TIPROFI

- más conocido por el (los) bono ( s )-
“para la cartera de la dama
y el bolsillo del caballero”
pase y lea por favor esta


EXPLICACIÓN

Esta Nota y todas las demás (en total treinta) tienen una primera escritura a mano. Permanecieron encarpetadas y mezcladas hasta que decidí pasarlas a máquina y darles cierto orden. Las fechas en que fueron escritas están al pie de cada una. Conforman brevísima crónica (desde una esperanzada objetividad, tanto poética - ! ¿ objetividad poética ? ¡ - como humana , y en este sentido, a veces la indignación envuelve en aires de panfletos a muchas de ellas ); imágenes referenciales de uno o dos años de la realidad jujeña. De la que se presiente y de la que se ve. La intención era continuar esta experiencia durante más tiempo. Un quinquenio, por ejemplo (no digo quinquenal porque la palabra puede acertar recuerdos malos y mayores, farragosos y manoseados). Noto suficiente con asentar año 1995 y 1996 con hora y minutos. Los años siguientes han de variar -empeorar para mejor o mejorar para peor, como ya es costumbre en el país- en muy poco esta tónica.
Lo que podría haber sido un libro y ya con título ( ! Al bono bonito ¡ - “para la cartera de la dama y el bolsillo del caballero “ -, o” El Bono Escrito -pegado con cinta mágica-, etc ...”) lo postergamos hasta un futuro extravagante (no porque se hayan solucionado los problemas sino por haberse empeorado y debamos aumentar líneas y adjetivos. Además no se puede cronicar pensando en el incierto futuro. La crónica es la incertidumbre del presente. ).
Es asi cómo lo comenzamos a dar hoy bajo el título genérico de Notas y con el debido subtítulo aclaratorio. En caso de concretarse el libro, pasaría a un título todavía no convenido, ni hallado.
Todos hemos sufrido en esta provincia. Me atrevo a asegurar que también los que nos hicieron sufrir, nada más que éstos padecieron con aire acondicionado, firmando planillas, notas y memos y gozando tal vez de relucientes viáticos y otras golosinas compensatorias. Por otra parte, creo es lo justo para quienes tienen tamaña responsabilidad al gobernar, legislar y juzgar. Claro, un poco distinta la situación a la de aquéllos que en los asentamientos y en los miles de viviendas premoldeadas y de bloques y en el paisaje (lo único que queda por vender) ni gobiernan, ni legislan, ni juzgan. Trabajos innecesarios porque para eso eligen representantes, para que lo hagan por ellos (pero sin asesores). Tal la democracia del embudo.
Como introducción, tenía el ánimo de remitirme a un volante (sin fecha y producto del “feroz internismo”) que supo circular hace unos años y que titularon CAMBALACHE abriendo pequeñas secuencias con letras del mismo tango y firmado por la agrupación J.J. Valle : “Hoy da lo mismo ser derecho que traidor”... “Da lo mismo el caradura que un señor”..., “Los inmorales nos han igualao”....” El que no afana es un gil”.....”Que falta de respeto, que atropello a la razón”....
También este ! Bono bonito ¡ podría ser la segunda parte de mi LIBRO DE ONDAS - aunque signifique una gran contradicción y me esté estafando, creer que este circo con payasos serios y “pirupíticos” sea una buena onda -.
Ya veremos cómo lo termina de ordenar la poesía “para la cartera de la dama”.
El libro se divide en 2 partes : 1. ! Al Bono bonito ¡ , 2 El Bono escrito, que comienza con “La marcha de la Dignidad”, pasa por la Ley 4178 de la que se habló y manoseó tanto, sin conocerla, y termina meses antes de la llegada de los dudosos “piqueteros”.
El resto es tema de otro libro de crónicas, (Crónica de Indias o de Indios, según se lea a Jolís o al Padre Lozano ).
La crónica continúa siempre con la vida o detrás de ella “para el bolsillo del caballero”.ng
El Bono existe en Jujuy desde la década del 80.

7/12/96 12:00:47


14

LOS “TIPROFI”

( títulos provinciales de financiamiento )


Son títulos
fabricados y encajados por la provincia
para un final abierto
- sobre su digna historia clausurada -
a la incógnita, a la duda, al "¿ cómo será ? " del porvenir
( así, como el nombre de una despensa ).


Por lo pronto
hay asaltos a casas de ex gobernadores,
trompadas y sangre legislativas
enfurecidos manifestantes
quemando cubiertas, cortando rutas.
Escuchas telefónicas ( teléfonos pinchados a la antigua,
teléfonos con cocodrilos, teléfono ocupado - tango - )
amenazas de matar hijos
a ciertos funcionarios; jurisconsultos golpeados,
robos, accidentes, demandas, procesos
y la crónica roja de la paz rota
es una historieta de la vida
con 35 grados diarios de calor constante.


Al cólera de años anteriores, debemos ayuntarle éste.
Hasta tanto regrese el virión del cólera
que ya asomó su oreja alerta en Villazón ( “bolita” )
río Toro Ara por medio con La Quiaca.


Los Tiprofi circulan con cólera.
Los Tiprofi amenazan con drogarnos
hundirnos en el mismo índice ( ya ) de mortalidad que en Biafra
y da vergüenza dejar para el pesebre del Nacimiento
el papelito del virus Tiprofi
que hasta el Niño mirará asustado
por el manoseo sin gracia con que nos alumbran.
La bondad y comprensión del Niño tan inmensas
nada pueden contra el cólera de los Tiprofis
como un posvirus exclusivamente jujeño
que ataca a la jujeñidad solamente
con otro sopapo de la Argentina ( su madre ) en el rostro
y en el rastro.


20.12.95 ( Seguirá con la última creación y adaptación del capítulo “La guerrilla urbana”,
consecuencia y continuación y continuación de la serie “El virión TIPROFI” )


15

DE LA CONSECUENCIA
DE LOS TIPROFI



" Ahora comienza ( crónica de ) “ la guerrilla urbana ".
La ciudad es la guerra. Así debe de haber sido la guerra.
Guerra con bombas de estruendo a las 8 de la mañana.
Guerra con los Tiprofi y su "convertibilidad" en los comercios,
guerra con el calor que viene hasta de los hornos de Dios.


Los Tiprofi tienen nombre de virus
( algunos lo consignan ti.pro.fi. )
virus económico, sin interferón,
que ataca a la población jujeña de este fin de siglo.
El se reproduce por la falta de honestidad,
en la suciedad del robo . Es epidémico;
va camino de lo endémico
( en Argentina la moneda falsa
tiende a ser pandemia de tristeza y burla .
Aquí cambio al virus..... por el “ residuo ruidoso “,
la " suciedad auditiva " de la mañana ).


Cánticos con ese fondo de ollas populares,
golpes, ritmos de palos contra palos,
de latas sobre latas de mediodía,
sobre redoblante adorando en Nochebuena,
o redoblante de marcha sindical
hasta que desemboca en la Casa de Gobierno
como un río de sonoras espumas
por la fuerza de la pendiente ( descontrolada ).
Era un latir constante de los horizontes
redoblantes.
Luego no supimos con qué incertidumbre continuarán las horas
el día el perdurar de las bacterias las hogueras
las cubiertas quemadas las brasas de las ollas
los vidrios rotos y el rumor del río también manifestante
que rompía en el cielo del mediodía
y su eco regresaba de un infinito triste
con la misma lluvia de calor y color que suele caer de la historia principal y mayor.


Hoy comienza el verano con la guerrilla urbana
encabezada por maestras y empleadas y niños desnutridos
a la luz del día y peones y muchos cientos más de jornaleros
que solamente piden el pago de los meses que les deben
y que remedien lo que ellos no hicieron.


22 - 12 - 1995 11:37

18

FUE ASÍ QUE LLEGÓ EL FIN
DEL AÑO 1995.

y seguiremos nada(ndo) contra el tiempo.



Ya no tenemos qué decirnos, Mil Novecientos Noventa y / Cinco.
Sólo te quedan cuatro horas de vida y un segundo más
por asuntos de la rotación de Tierra, que la deben ajustar
en los servis ( servicio ) de cada bisiesto
( según el gallinero periodístico de divulgación científica ).
Pasadas las horas y el segundo
te harás tiempo sin límites ni fechas palpables, entre baldíos
pasarás a ser largor, prontuario del camino del presente
existiendo sin presencia real
en la memoria de todas las cosas.


Esta angustia que nos sobra
viene de tí y de mí, que sigo nadando hacia el futuro
y te pierdo, como lo perderé a él
porque debo seguir las lámparas apagadas de los hombres apagados.

Año viejo, año malo
para las ciudades de los argentinos.
Año lleno de bonos, cubiertas quemadas, pasacalles,
vidrios rotos, pintadas, elecciones, basura y sobras de negocios raros
y demás rarezas que se encargó de despabilar la gente.
Año malo.
Ojalá la cifra que se inicia
a las 12 y un segundo, sea mejor
- aunque no tendría por qué serlo -
puesto que esta cadaverina viene acompañándonos
con el olor de sus décadas.

Año nuevo, bono viejo,
meses adeudados,
sueldos impagos.
Tened piedad de todos nosotros.
De nosotros tened piedad,
tiempo nuevo, amén.




31.12.95 - 20 horas.

19

AQUÍ FINALIZA UNA HISTORIA
Y COMIENZA OTRA
( la de 1996...)...


... con los juguetes de Reyes
y la campaña del niño,
en el mes del receso nacional, provincial y celestial
cuando crecen los yuyos de los festivales
del quesillo, la empanada, la cholonca, las serenatas a la luna
desde el balcón de Catalina la santa, con el del choclo, la copla, la humita,
el citrus, las arenas del Huancar, el tinkunaku y el tantanakuy universales
como si nada hubiera ocurrido desde San Bono ( 1995 D. de C. )
Todos esperamos los compases y portamentos, las revelaciones
y los conjuntos
de los hijos de...... ( agregar el nombre del pueblo de origen que se prefiera
como aquel desorientador "Los Quiaqueños de Laguna Paiva" , de Santa Fé, hace años ).


Por ahora contribuiremos con un porcentaje
de nuestros sueldos para remendar la casa
que se malogró cuando treparon sus techos los rateros, los ladrones
y luego del receso - las vacaciones -, ya veremos.
Veremos qué dice el Sr. Ministro bronceado,
el Sr. Juez reconfortado, el Sr. Legislador restaurado.
Qué vista del mar y comida marina más los tocó e inspiró,
qué atardecer, cuál paisaje de la patria los estimuló más,
cuál otro celaje y novedad ingeniosa,
con qué ideas nuevas retornan, relajados
a cuerpear otro año con tres meses de sueldos
todavía impagos desde el arranque del '96
más centenas de cesanteados



(muchos se fueron al limbo de los festivales
de la doma, del malambo, del potro, del pez, del camín, del tabaco
como otrora andaban los peones golondrinas;
partieron al folklor en colores, a los eneros y las coplas con carbónico
y de las mentirosas, a la perla de cuarzo, a la pavada cantada y zapateadita,
menos auténtica que el carnaval
de ancestro)



Todos, gobernantes y gobernados, volverán eufóricos,
dorados verseadores versados
ceremoniosos, enderezados como el río Chico
con sus basurales en orden, limpios e iluminados
y sin pájaros
y se presentarán en pupitres con sus nombres
a pontificar, a discursear, a divagar, como los hermanos
desde un auto con parlante en el techo
los domingos a la tarde en el puente Lavalle.
Los oiremos de nuevo, hermanos
ungido el pecho, el corazón ungido
por los nuevos programas y verdades presentados.
Benditos sean Uds. hermanos
que nos salvaron con vuestra biblia nueva y vuestros reyesmagos
asistidos por todos.
Gracias hermanos por hacernos salvos
de las injusticias divinas y terrenales
de hace ya tantos años
cuando ustedes y yo éramos niños
y los líderes y pesados y punteros de comité continuaban el salvataje
desde los históricos Mayo y San Martín
( salva(ta)je al revés ? ).




(¿ de nuevo arderán a mediodía, los caminos
y a la noche, la patria con su cielo azulnegro? ...)..........


11 - 1 - 1996, jueves, primer " día de la resistencia".
25/11/96 11:51:40

SEGUNDA PARTE

de

EL BONO
ESCRITO
y emparchado con cinta mágica
¡ SEÑORES,
AL BONO
BONITO !
¡ VEAN
EL BONO
BONITO !
¡ AL BONO
BONITO !

comienza
hoy martes 25 de junio de 1996
con la

marcha de la
dignidad

26/11/96 9:50:51



! SEÑORES , AL BONO BONITO !
! VEAN EL BONO BONITO !
SR. NO SE LO PIERDA.

Consta de 25 partes. Una primera, con explicación y 19 “cantos” y otra segunda - ésta - con un final de 5. Todo fue compuesto entre el 95 y 96. Después pensamos que debíamos seguir con otras circunstancias que también hacen a la historia local y por lo tanto universal. Una historia ( + o - ) lírica de la provincia. Desde aquellos años vienen estas subsistencias. No hay nombres en una composición que aspira a permanecer más años que nosotros. Entonces, para qué los nombres ? Los nombres creemos que no hacen a la anécdota fundamental. Sería pretender indagar y registrar al hombre que cometió la primera estupidez en la tierra. Sabemos que a ese hombre lo engulló el olvido ( y que no tenía nombre ) . La tierra a todos les dio sus tonos, lo que no quiere decir que la continuación de algunas estupideces no vayan a seguir. Pero es seguro que vendrán algunas nuevas - ingobernables - que empalidecerán a las actuales, así como la corrupción de moda desdibuja y vuelve risible “el negociado de las tierras de El Palomar” ( hecho por angelitos inquietos y fervorosos, tal el pobre caso de “El solitario de Pinas”, don Lisandro de la Torre luchando indefenso contra los frigoríficos ).
La historia está conformada por hechos insospechados. Hoy damos este mínimun, referido a la plata inconcebible y a los inconcebibles ciudadanos compatriotas que engendraron “este cuadro de situación”. Tampoco es probable que periódicamente no se vuelva a reincidir, ya como una grotesca , portentosa , trágica mueca de la historia general del hombre, sin nombre, de aquel grotesco, portentoso y trágico comienzo humano en la siempre callada tierra.


LA NEVADA
SOBRE LA DIGNIDAD

Las cubiertas quemadas
para ahuyentar la nieve
y curar las mordeduras del frío
esperando el mensaje de los ponis
que deliberan entre estufas de tiro balanceado.
Los muy nobles señores obispos ( de Humahuaca y de Jujuy )
los acompañan, porque esto pareciera cosa del Diablo
y para conjurar
rezan y confortan tomados de la mano de Dios.
La nieve obscurecía
oprimiendo más los corazones de los chicos.

Entonces recordé viejas composiciones infantiles y quebradeñas
que consolaban así:

Hay cielos azules como el forro de los cuadernos
con papel araña.
Cerca del negro galpón de las máquinas
están las casas blancas de los ferroviarios.
Hay caminos color azufre, color sulfato,
cocinitas con humo gris locomotora,
cerros color muestrario
y vacas color de barro, color valija, color asiento.
Los rosales son color de novia.
Hay perros color de ranchos,
hay pueblos color zapato,
almacenes bien barridos y regados,
de todo hay en los grandes canastos de los días,
trenes color charango,
vagones color tormenta,
plantas color ovillo
y horizontes color de lápices.
Quisiera saber escribir las marchas
que redoblan los musiqueros de las bandas.
Hay una veta de amor
descubierta por nuestro padre en esta vida.
En mi casa hay otra veta
que a mi padre siguió desde la mina.
En otras casas hay raíces
que juntan los changos en el río.
Las bandas son todas con sembrados
que sacan nuestras madres de las piedras
y el pan que se come a mediodía
es el de esta veta de amor
que mi padre ha descubierto en esta vida.
Nosotros tenemos que inventar los juegos
con muñecos del bazar de la montaña.
Amasando potreros con rocío
levantamos tapiales
del color del río cuando viene mucho.
En mis ojos hay rondas infantiles
que cantan mis hermanos de recreos.
Allí hay cielos azules como el forro del libro de lectura
y caminos color azufre, color sulfato.
De todo hay en las canastas de los días,
trenes con florista hecha claveles,
botón de oro, anchusas, borraja y lágrimas de la Virgen,
rosales color de novia,
horizontes color de lápices
y esta veta de amor
que en mi casa descubrieron en la vida.
Y está la casa, la casa de vivir, la casa de estar
que es la veta en flor,
la veta florecida
que a mi padre siguió desde la mina.
( en la escuela Sarmiento, de Tilcara y en 1953 )

La vidriera de la noche
con zócalo al poniente
de altas amaras
de colores.
El lejano
techo
con mariposas
estrelladas.
El obscuro
local
del mundo,
donde olvidaran
encendida,
los dioses,
las lámparas
de la esperanza.
La vidriera, casi noche
al poniente,
con zócalo
de silenciosos, fugaces
colores

( Un viernes 28 de octubre de 1977 )

Mientras por el telescopio Hubble
veían con la boca abierta los fetos de las estrellas
“los primeros millones de estrellas del universo”
relacionadas con los “progenitores de las galaxias”,
mil millones de años luego de la primera gran explosión
y los tres primeros días del nacimiento del mundo,

aquí, humeaban las gomas
y revolvían una olla popular
frente a la casita con jardines ( casa de gobierno )
de los ponis con la boca abierta ante la caballada del primer mundo
.
31 - 7 - 96. 11:25

FINAL en el boletín cronicado del Circo de la Luna ,
donde el tiempo es distinto al del manoseado
HOY-JUJUY-HOY


Cuando a algunos ángeles custodios, de luz
o de tinieblas, se les ocurra bajar y recorrer esta ciudad
así como lo hacen, muy de paso, cada vez menos,
los señores turistas terrenales ; es probable que estos ángeles
que son casi eternos y criados en las molduras de la mitología
para vagabundear por los cielos; esos ángeles
que alguna vez una cornisa, un capitel de teatro,
un pintor retrató apuntando arcabuz con cañón de hierro, y una capillita
aún los mantiene y pensiona con rezos y otros niños los imitan para diciembre, trenzando y destrenzando cintas en el palo mayo;
es posible que esos seres también llamados mensajeros anunciantes,
conocedores del mapa de la provincia y el trazado de su capital
desde orígenes confusos, por lo remotos y no muy bien apuntados
asombren y plieguen sus alas dubitativas, meditativos ellos,
frunzan su ceño al comprobar ciertos fenómenos ciudadanos
que ángeles parientes más viejos tampoco imaginaron ni vieron.
Qué dirán estos seres divinos cuando vean bonos escritos
y pegados con cinta mágica - en cuenta de la moneda nacional - ;
oigan murmurar: “ líbranos, caramba, de todo bono. Amén. ”
y vean que nos colgaron un San Bonito por un San Benito ;
comprueben la existencia de una multisectorial
que discute con el gobierno el pago de sueldos, a casi doscientos años del Exodo y de otros muchos ejemplos históricos ;
que los bonos, que las bombas y bombos espantan a las palomas
conversando con ellos en salientes de la ciudad. Y en los diarios locales se lee: “La provincia está destruida”.
Que últimamente ella, piadosa y gestora provincia de la libertad,
pasa por una muerte-renacimiento (breve) - y otra vez la muerte -
y en todo ello están comprometidos los bonos ( técnicamente llamados TIPROFI, exótico y esotérico nombre ), resultando servir
como para una guerrilla oficial que sin combatir a nadie en particular,
mata a casi todos ;
que luego de la pausa de la última Navidad,
con aguinaldo y sueldo en gotas y anticipos limosneros
- como cuando se pasa el cepillo en las misas -
brota cansadamente una esperanza poco a poco malográndose
y vuelven los temas del robo, la mentira, las chicanas,
los enjuagues
ante los espíritus celestes del color de la reina margarita
y del cielo otoñal,
anunciantes de la divinidad, ángeles buenos y arcángeles superiores del octavo coro que jamás prevaricaron
aunque son funcionarios públicos celestiales
que también deben de haber jurado desempeñarse
con lealtad y patriotismo divinos.
En tanto acontecía la Marcha de la Dignidad
que ellos la siguieron curiosos y turbados
porque caminaban sacerdotes y obispos
igual a cuando la independencia de la patria grande o la bendición de la bandera, que les contaron sus parientes ,
y también soportaron una nevada
al desembocar la marcha sobre encantada olla popular.
Aprovecharon para conocer y recorrer en taxis compartidos,
regalerías y ferias, visitar en remises
sangüicherías y copetines al paso y el Din Min Park
con su Jumbo Skill Crane y La cucaracha, y ver los ómnibus atravesados como osamentas obstruyendo caminos a la ciudad
más un montón de cosas más ( los bonos por ley duran hasta
el siglo venidero - 1 de abril del 2007 - les dijeron ) ;
cosas que les plegó las alas y los volvió chumucos ( mojados )
de tristeza, porque ellos, jóvenes mensajeros exclusivamente provinciales, desconocen conciertos del primero, segundo y tercer mundo de cualquiera otra parte
del planisferio terrestre y en ésta, cuyo inventario gozaron muy bien
niño por niño, rosa por rosa y ala por ala,
jamás vieron ( no se conoce cuánto viven los ángeles y menos,
la edad de cada uno )
ni tampoco imaginaron que Jujuy a 400 años de fundada, esté como fundida.


Los ángeles no conocen el idioma
y sólo ven entonces que de la bonanza de algunas décadas
atrás ( cuando circulaba la diesel con el “Cinta de Plata”,
por caso ) ahora sólo repiquetean juegos electrónicos y “El copetín de la Abuela”, las vaquerías, y muchas, más que muchas zapatillerías, butiques puneñas y de U.S.A., cambalaches portátiles , milaneserías y hamburgueserías y una extraña peatonal para automóviles y casi, casi, casi, el descaro general
( con el que se incluye un catálogo y muestrario de siglas
sin equivalencias en el idioma de estos espíritus celestes
que aún embellecen a la tierra con el noveno coro, en las molduras
de sus nacimientos :

mismo el misterio de la poesía y su relatividad. ) NG.

23/8/96 10:49:15



OBSEQUIO JUNTO CON LA ADDENDA Y COLOFÓN

FOTO

los álamos y el cielo
que hacen esta tarde



Qué caravanas de hormigas se aventuraban por el árbol. Y en la boca misma del cielo, esos papelitos del árbol, pegados a la luz derramándose a las tres de la tarde. Eran ecos de los vientos en el árbol o unos propios que otoño enviaba a los universos donde no puede llegar él. Temblones límites del árbol con el mar océano de la luz que se vuelve azul negra hacia el fondo, mientras más nos internamos en su origen.
Era domingo en la tierra y nada era en el aire. El viento venía del profundo mar del cielo hasta arrasar por el continente del árbol dando vueltas sus hojas, todas de plata en el reverso, sacudiendo sus ramas, hechas de pájaro. Al pie se descomponían semillas del último verano. Flores diminutas, estropeadas y hojas color de huevo. Un denso aroma ascendía del subsuelo del árbol donde comenzaban oscuros y remotos interiores. Las hormigas continuaban su cruce en medio del temporal de la luz y del viento.
Era el mes en la tierra y en el árbol. Y el día y la hora solamente en las casas del pueblo. Una algarabía de hojas saludaba en la tarde. Lo infinitamente grande estaba lejos lo infinitamente pequeño, lo mismo. La mediana grandeza de lo real; la más visible pequeñez.
Como un río seco del año desembocaba el álamo en el cielo. Hacia allí avanzaban las caravanas de hormigas. Y otoño mecía lentamente las cosas. Mezclaba la luz con el aire ;la sombra, con el helor, y en los altos surcos semillaba constante y lentamente sus leves plantíos de oro. Otoño se encargaba de nublados y sementeras de frío en el pueblo. De lejanísimos ramos de anchusas y flores de borraja, de ocultos sones de capillas y oratorios llamándose en los desiertos, de las transparencias azulinas con que envolvía a las distancias y cubría las apartadas soledades de su predio.
Domingo era y nada ,lo que se dice nada, en el cielo. Y el viento volvía a mostrar los reversos de plata de las hojas y derramaba luz espesa y clara contra las hormigas del tronco del álamo chileno avanzando, dudan do,desorientadas por tanta quietud, tanta mansedumbre que se oía al tiempo trabajar en su remoto taller de fragua hacia los fondos del cielo, donde nace la luz y es negra.g.


TARJETA POSTAL
con un fresno

Como plumero de orífice era el fresno. Un pavo real emplumado de otoños. La llamarada de una quema de ladrillos. Un horizonte con relámpagos de bronce. Una lluvia incendiada. Una máquina en desuso con las transmisiones y huesos de hierros al aire.Una bocanada de nieblas amarillas. Una bandera con todos los ponientes. Una sola rama de larga luz donde los inviernos comen el duro pan de los inviernos,con sus soles de rafia y sus bastones de alegistres morados.
Las lloviznas cavilaban en los fresnos. La lluvia gruesa les sacudía sus orejas amarillas, igual que a los arces, transidos. El sol los perfilaba,acentuándolos, y el cielo otorgaba sus ángeles de hospicios, hogares y preventorios mirando por las barras amarillentas con que se enreja el otoño.
!Oh las campanas frágiles de los fresnos, su vuelo de oro; sus ángelus de rostros enfebrecidos. Eran fogatas esparcidas de trecho en trecho ofrendadas a los altos valles del cielo, invocando. Anunciaban los negros torrentes del invierno. Las señales de los fresnos por Ciudad de Nieva y Los Naranjos, como surtidores de puros óxidos o de alfabetos ignotos y con cardenillo.
La paulatina bandada de los fresnos picoteando en las veredas los últimos granos del otoño entre los primeros temores y susurros del invierno. Sus hojas eran cartas donde
describían sus cosas y nostalgias los ausentes.

Tilcara,Ciudad de Nieva,Los Naranjos,hace años.. Y San Salvador de Jujuy en 1995,1996 y19 97.



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FOTO Y TARJETA POSTAL QUE PUEDEN ENVIARSE DANDO NOTICIAS DEL BONO QUE PADECEMOS Y DESEANDO FELICIDADES EN EL NUEVO SIGLO

COLOFÓN

En el quiosco de la Poesía solían vender imágenes,
metáforas, figuras, tropos, alegorías de distintas marcas ( líneas legibles también ), ritmos, rimas, acentos, tonos, sobrecitos de melancolía,
euforia y otros estados, pastillas de endecasílabos,
turrones de versos libres. Hoy ya todo eso está vencido o no se
consigue por el asunto del acaparamiento y desabastecimiento
(problemas socioeconómicos debidos a la conducta del índice Merval,
la bolsa de Tokio, la geopolítica y la turbación del dólar, entre otras
formas ininteligibles de la economía como ciencia pura de la transa). El FMI también nos solía subvencionar, socorrer, auxiliar (siempre que empezáramos por hacerlo nosotros mismos) con préstamos sin interés para la Poesía.
Hoy el quiosco está vacío. Sólo quedan en sus estantes unas
colecciones de viejas puteadas en calibres y dialectos poco usados. Arrinconados también se ven chupetines de genéricos,
principalmente de la droga indignación, sin necesidad de R/p ni
receta archivada. En tal quiosco se han convertido las farmacias.
Con “insultos groseros” nacionales que no los comprende el
divertimento de la importación y sirven para catarsis tanto de sanos como de enfermos terminales (por sobredosis de estos carajos de
sanación sólo es necesario hacer lavajes, enjuagar, buches hasta el buche -no tragar- de ningún modo, sino escupir).
Tragándoselos corre peligro de intoxicarse hasta el alma y deberá
recurrir al hospital más cercano si lo encuentra abierto y con
insumos (como se dice).
Las puteadas son de amplio espectro para los microorganismos de la rebotica nacional siempre atendida por políticos espumados
(punteros, diputados, senadores, concejales, subsecretarios,
ministros, manzaneros,
exgobernadores, intendentes, economistas, sindicalistas,”ñoquis” mandato cumplido, asesores, idóneos y teóricos de toda laya en la misma fauna). Si no encuentra en su quioscodroguería habitual,
busque en otros de la ciudad, del país, del mundo, pero trate de no privarse de esos “insultos groseros de justo amor para poder
respirar mejor”. Récelos “con óleo sagrado” antes de dormir o en ayunas o a cualquier hora del día.
Conocemos que se están gestionando nuevos insumos para la
Poesía. No se sabe a qué precios. Siempre bajo patrón dólar y sólo Dios
sabe cuál será el día en que se acabe de imprimir este volumen,
revisado cuando es mayo en la tierra y nada en su cielo, en el solo amor del
2002



Néstor Groppa


Néstor Groppa (Laborde, Córdoba, 17 de junio de 1928)

Oficios: Poeta, cronista sensible, fotógrafo, maestro, bibliotecario, cofundador y codirector de la revista literaria Tarja (1955-1960) y luego fundador y director de la revista literaria Pliegos del Noroeste (1967). En 1960 inició el suplemento Cultural del diario Pregón, que dejó en junio de 2001. Fue el primer Secretario de Publicaciones de la Universidad Nacional de Jujuy; creó la Editorial Universitaria y, antes, en 1966, un sello editorial que llamó Buenamontaña. Desde 1996, es miembro correspondiente en la Academia Argentina de Letras. En mayo de 1997 fue nombrado Profesor Extraordinario de la Universidad Nacional de Jujuy.

Poesía: Taller de muestras (Botella al Mar, Buenos Aires, l954); Indio de carga (Tarja, S. S. de Jujuy, 1958); Romance del tipógrafo (Ediciones J. F. Ortiz, S. S. de Jujuy, 1958); Los herederos (Signo, San Miguel de Tucumán, 1960); En el tiempo labrador (Buenamontaña, S. S. de Jujuy, 1966); Carta terrestre y catálogo de estrellas fugaces (Buenamontaña, S. S. de Jujuy. 1973); Todo lo demás es cielo - los cielos que volaron y los cielos que espero (Buenamontaña, S. S. de Jujuy, 1974); Postales (Papeles de Buenos Aires, Bs. As., 1975); El viento en la casa (Miljevich, Villa Constitución, Santa Fe, 1976); Violetta marina y viola d'amore - en el pálido sueño de las cosas (Buenamontaña, S. S. de Jujuy, 1976); Almanaque de notas (Buenamontaña, S. S. de Jujuy, 1978); Cantos para Jujuy (UNJu, S. S. de Jujuy, 1981); Eucalar celeste, lapacho rosa - y otros nombres del tiempo (Buenamontaña, S. S. de Jujuy, 1983); Abierto por balance - de la literatura en Jujuy y otras existencias (Buenamontaña, S. S. de Jujuy, 1987); Obrador (Buenamontaña, S. S. de Jujuy, 1988); Abacería - obrador II (Buenamontaña, S. S. de Jujuy, 1991); Almanaque de notas - también libro de fábrica (Buenamontaña, S. S. de Jujuy , 1993); Anuarios, con ciertos - poquísimos - nombres del tiempo 1960 a 1996, T. 1 (Buenamontaña, S. S. de Jujuy, 1998); Anuarios T. 2 (Buenamontaña, S. S. de Jujuy, 1999); Libro de ondas - con abrecaminos y final de pálidas- (Vinciguerra, Buenos Aires, 2000; Anuarios T. 3 (Buenamontaña, S. S. de Jujuy, 2001); Anuarios T. 4 (Buenamontaña, S. S. de Jujuy, 2002); Anuarios T. 5 (Buenamontaña, S. S. de Jujuy, 2003); Anuarios T. 6 (Buenamontaña, S. S. de Jujuy, 2004); Antología poética (Fondo Nacional de las Artes, Buenos Aires, 2004).




Biografema

En cierto lugar de Tilcara, estábamos Pompeyo Audivert y yo ocupados en encontrar mi nombre para la autoría de mi primer libro y los libros del futuro.
¿Néstor Álvarez? ¿Leandro Álvarez?
No, no convence, no suena.
¿Leandro Néstor Álvarez?
Es muy largo.
De pronto mi madre en mis ojos
yo era su único hijo
mi madre en mis ojos y en mi apellido siempre.
¿Néstor Groppa?
Ese es el nombre, dijo Audivert conmigo.
La búsqueda había terminado.
[Estela Mamaní, “Un nombre que late”, entrevista a Néstor Groppa, inédito, 2003.]



Autobiográfica

¿Querés saber en qué anda el Groppa? Te cuento: está contento porque el 12 de mayo, su primer libro cumple 50 años. Conserva sólo un ejemplar de la edición que le hicieron en Baires, Arturo Cuadrado y Luis Seoane. Pero le apenan "las cosas que se quedan solas", como decía Joaquín Giannuzzi, su amigo.
Desde entonces pasaron Navidades y proyectos -sigue- algunos se concretaron y otros, no. Así que ya no sabe si vale la pena jugarle a los proyectos ¿sí?
Lo cierto es que sacó el tomo VI de sus Anuarios del tiempo (pasado-futuro proyecto). Habla de 10 volúmenes y que le faltan 4, por lo cual se siente obligado a vivir cuatro años más, por lo menos.
Entre tanto sigue esperando la Antología del Fondo Nacional de las Artes, ya impresa, pero falta que le pongan la(s) tapa(s). Mientras, le hace el brushing a 4 libros de poemas. Y se entusiasma cuando habla de Volverá el mar, y se irá como entonces.
¿Sabés cómo diagramó la cubierta en garamond 36 y 48, cursiva y derecha y todo en negrita sobre fondo blanco?

Néstor
volverá el mar
y se irá,
como
entonces
Groppa

Porque le desagrada, y no por cábala, no habla de sus poemas. Ni de los que están a punto ni a los que les falta un hervor. Además, considera que es anterior al Kodamismo, aquello de que "se publica por no seguir corrigiendo" (le aviso estar yéndose por las ramas...).
Vuelve y me dice concentrarse en lecturas de la Historia de las ideologías políticas; las Brujas y los procesos de las brujerías; las Plantas medicinales de Lifchitz, donde descubre que el antiinflamatorio que la gente llama quimpe, es quimpi. Dice asombrarse con la futurología que mantiene el ahora "superado" Materialismo Histórico y repasa, en consecuencia, el Materialismo Dialéctico del Dr. Emilio Troise (famoso).
Le agrada -y ya es difícil pararlo, a él, que es de poco hablar- que refloten Katherine la encajera, un cuento que hace más de 30 años divulgó por este barrio que es Jujuy, y ahora lo dan por novedad y hallazgo. Es de Marcel Schwob (más o menos apropiado por Jorge Luis) y está en su libro Vidas imaginarias, cuya versión al español lo acompaña desde la primera edición en 1944, hecha por Ricardo Baeza. Y ahora amenazan ponerlo de moda.
A este paso, es seguro que algún día en época de retro y cuando todo es "re" redescubrirán a Ediht Sitwell, la hermana de Sacheveel y una de los cinco hermanos, que escribió Lamento por el nuevo amanecer el 6 de agosto de 1945, cuando la atómica (me repite Groppa con el ejemplar N. 247 de los 500 de las ediciones Cármina). En tren de los "re", piensa que redescubrirán a Aníbal Ponce y al de las crónicas de fútbol en Crítica El negro de la tribuna, nada menos que el gran poeta tucumano Pablo Rojas Paz. Había que ganarse el pan y con toda el alma más conocimiento escribió El patio de la noche por el que terminaron dándole el Nacional, tal vez para que se dejara de joder escribiendo tanto.
El Néstor tiene más proyectos. Muchos, pero muchos más. Quisiera contar con la mitad de la millonésima millonada del Fondo Monetario Internacional para llenar el mundo de poesía impresa, con colaboraciones pagas a todos los poetas biológicos de cualquier parte del planeta, aunque luego los colocaran en "el eje del mal".
Haría crecer libros en bibliotecas de continentes enteros. Las poblaría con hojas y pliegos perennes a cuya sombra pudieran "aparcar sus carros", mientras esperan, toditos aquellos que fueron demandados por Dios y por la Patria en Tribunales celestes o terrenales. Y si le sobrara algo -dice- editaría por su cuenta -tal como lo viene haciendo desde hace 50 años- los originales impacientes que se ejercitan en cajones, tanto como para mantenerse en forma (las Libretas de Tarja I y II, El otoño de algunas primaveras con un estudio que Joaquín hizo sobre su poesía varios años atrás para Ediciones Culturales Argentinas y, como siempre, se frustró justo ahí, la colección de la Secretaría de Cultura de la Nación (recuerdo que llegó el relevo del Excelentísimo Sr. Presidente).
Con dinero sobrante, dice, calmaría el hambre del mundo luego de esclarecer si hubo litio en el planeta Marte. También compraría a los nietos universales (tratando primero comercialmente con los Bancos Mundiales y el Destino) un futuro para que vivan en un mundo florecido de libros en vez de castillos inflables y otras b........s.
Entonces en los globos terráqueos de las escuelas, los continentes y mares océanos estarían protegidos por flores y hombres buenos y poetas en todos los idiomas y colores "¿sí?".
También se queja porque el tiempo no le alcanza: tiene que leer, caminar solo, escribir, escuchar, conversar, corregir, preguntar -ya que de la ciudad todos los días se va alguien y llegan otros-; ir al mercado, mover el auto por el asunto de la batería. Visitar, ser visitado y contar lo que no hizo, mirar, pensar, meditar, callar lo que hizo. En fin: vivir.
[Néstor Groppa, “Un escritor en tercera persona”, en el suplemento Agenda Cultural de El Tribuno, Salta, 2004.]


Perfil 1: Fotógrafo sin cámara

Cuando el ojo quiso ver nuevamente lo recién visto, supo que la memoria no estaba prevista en su compleja tecnología. Espantado ante el abismo del olvido, construyó su propia memoria (la que tuvo forma de cámara fotográfica y a sus recuerdos justamente, los llamó fotografías).
No siempre (debo decirlo) el ojo de un fotógrafo (así llamaron al ojo aquel sin olvido) necesitó aparatos para practicar sus cotidianos ejercicios de memoria. Callejear sin equipaje, por ejemplo, una ventana abierta sobre una ciudad, esa misma ciudad cuando la repetimos de memoria al pestañear fueron siempre motivos suficientes para que el ojo aquel imprimiera rollos y rollos de papel sensible.
Cuando el ojo de un fotógrafo no necesita cámara para registrar fotografías, se dice que ése es ojo de Poeta. Eso si, sus fotografías son todas en negro y blanco (es decir, en lápiz y papel).



[Ernesto Aguirre, inédito]



Perfil 2: Un poeta llamado Leandro

Lo conocí cuando todavía no era Néstor Groppa. 1947. Era Leandro, o Leandrito porque era el más joven de los cuatro. Ese año hice la colimba con el hoy conocido pintor Domingo Onofrio, que en esa época cursaba la Escuela de Bellas Artes Manuel Belgrano con Leandro y Andrés Lizarraga que se convertiría en el dramaturgo de Santa Juana de América que por la década del 50 protagonizara en una actuación memorable Norma Aleandro en el Teatro Independiente Fray Mocho.
Leandro venía siempre ─como creo hoy, 50 años después─ de riguroso traje gris, chaleco y corbata y a través de sus eternos lentes desparramaba sobre nosotros una inteligente e incisiva mirada que nos hacía sentir incómodos o culpables.
En esos tiempos, bastantes pesados a nivel cultural, éramos cuatro amigos inseparables, ávidos de conocimiento, es decir, saqueadores contumaces de librerías. Leandro además dibujaba con trazos finos, obsesivos, detallistas, donde no había margen para la imperfección. Conservo algunos de esos trabajos.
En 1951 nos hartamos de Buenos Aires: Lizarraga y yo nos largamos a Bariloche, Groppa y Onofrio a Jujuy. Allí trabajaron de maestros ─en Tilcara─ bajo la protección de Medardo Pantoja y Luisa, su mujer. Onofrio pegó la vuelta a los cuatro años y Leandro se aquerenció en la Quebrada y ahí se quedó hasta hoy. En esa época tomaba unas malditas pastillas cuyo nombre todavía recuerdo: “Privina”. Jamás supimos para qué eran. ¿Contra la nostalgia, tal vez? ¿Contra la hostilidad del mediocre del que nunca se supo defender muy bien? Nos reuníamos al atardecer ─o al caer la oración, como diría mi abuela─ en un café frente al viejo hospital Clínicas, hoy hecho plaza para felicidad de los gorriones. En su primer libro, Taller de muestras (1954), Groppa recorre Buenos Aires, la describe amorosamente como hiciera la generación del 22 (Borges, Olivari, Tuñón) y se detiene justamente en un poema que se llama El Clínicas. Será imposible obviar este libro cuando se haga un inventario de los cantores de Buenos Aires. Y, como me señaló el joven poeta Daniel García Helder, secretario de redacción de Diario de Poesía, “a pesar de las influencias de Tuñón y Girondo, ya hay en ese primer asomo una voz propia”, que, a mí entender, lo hace un lúcido precursor de los sesentistas que encabezaría Juan Gelman.
En 1956 lo reencontré en Jujuy, me llevó a la casa de Andrés Fidalgo y Nélida en la calle Senador Pérez ─que por los dueños de casa y por los que pasaron por ahí debería ser declarada monumento nacional con chapa en la puerta─ y ahí tuve el privilegio de asistir al nacimiento de la mitológica Tarja.
Me acuerdo que cuando lo conocí vivía en Flores sur, en un pasaje que se llamaba “Recuero” y me contaba que había nacido en Laborde, un pueblo de la pampa húmeda de la provincia de Córdoba y que, por motivos de trabajo de su padre, después se trasladó a América, en Buenos Aires. Su madre murió muy joven y lo recuerda en su primer poema A Vicenta Groppa de su segundo libro Indio de carga (1958) que bien hubiera querido escribir yo a la muerte de mi madre: Les dio a mis ojos el mundo/ Y en el tiempo labrador/ ellos siempre harán recuerdo/ de su silencio de flor.
Pasó medio siglo Leandrito, quién diría. Ya no están los títeres del Quitupí que revoloteaban con Nélida Fidalgo, tampoco está más su hija Alcira, joven poderosa que se llevó lo siniestro, y aunque el mediocre te siga cercando, hoy tu obra comienza a ser considerada en esta ciudad que caminaste y quisiste tanto, ya vas a ver, no seas pesimista. No estás cercado, te rodean los jóvenes poetas de Jujuy al igual que al usía Fidalgo, está tu obra editorial en la Universidad de Jujuy que bien conocemos aquí, y fundamentalmente, está tu obra poética, que te comunicará para siempre con los seres humanos, a cuyo destino, al igual que Withman, jamás fuiste ajeno.


[José Luis Mangieri, Buenos Aires, 20 de agosto de 1995.]


Un inédito

Hace versos sencillos.
Arregla versos deshechos, o corridos
y camperas (poesías).
También coloca adjetivos vidriados (con garantía).
Indica precisos y modestos sustantivos de uso natural.
Poeta se ofrece cama afuera
o mediodía, sin comida
Siempre a domicilio en lecciones personalizadas.
─prosistas sin ángel ni vuelo, abstenerse─

Poeta sin máster.
No confundir con otro Dr. en Literatura, ni licenciado,
ni filólogo, ni lingüista. Respeta la tecnocracia literaria
y la ornitológica (terrena o celestial),
además de la tensión semasiológica, la espacialidad
y el alma de la palabras (libro de Mallén Garzón).
Poeta solamente licenciado en “gramática de los
sentimientos”.

No enseña a leer

Pero está en contacto con “la empresa Takara
que interpreta las emociones de los perritos
usando un megáfono en el can
y una pantalla de computadora para perros japoneses”

Se respetan todas las creencias literarias. Se respetan
la ciencia literaria y demás profundos saberes

[Néstor Groppa, “Poeta, se ofrece (con referencias)”, 2003.]